JAMONES, PERSONAS, PROYECTOS ¿TOXICOS? ¡NO GRACIAS!

Esta mañana me levanté temprano, deseaba abrir el correo para ver si alguno de ustedes me había escrito.
Cuando los he leído me ha parecido que el gris característico de un Trevelez otoñal era más bonito que nunca, ¡¡ gracias!!, con qué poquito puede ser uno feliz.
Pero siempre hay alguien dispuesto a joderte un día estupendo.
Disculpadme mi malas palabras, pero es que estoy realmente enfadada y como los niños duermen la siesta y mi compañero madrugó aun más que yo para ir a repartir jamones, no tengo con quién “fogar”, pero ¿para algo están los amigos, no?.

Os cuento.
Cuando comenzamos con nuestra empresa, allá por septiembre de 2004 pusimos todos nuestros ahorros en el negocio y para poder contar con un sueldecillo fijo al mes que nos permitiera comer y dormir bajo un techo yo me presenté a trabajar en el Centro Guadalinfo de Trevelez.

Me escogieron y desde entonces trabajo veinte horas semanales en un Proyecto en el que creo firmemente. Considero que la Administración Pública debe gestionar de una forma eficiente y eficaz los recursos que se destinan a Proyectos que cómo esté tienen un resultado transformador en los núcleos rurales.

He podido compaginar perfectamente mi trabajo como dinamizadora y aportar a la empresa todo lo que había aprendido en los cinco años que trabajé como Jefa de Calidad en la industria del Jamón de Trevelez.
Lo más importante es que todo este trabajo lo hago en un entorno privilegiado que me permite ejercer de madre, que es la pasión verdadera de mi vida.

Todo sería estupendo si no fuera porque hay días como hoy, en los que llega alguien exigiendo, imponiendo, arrasando, creyendo que los papeles son más importantes que las realidades, qué no saben escuchar, que consideran más importante la forma que el fondo, que son intransigentes, ineficaces y profundamente tóxicos.

Nos lo quiero cerca de mi, ni de mi empresa ni en los sitios que se intente cambiar este mundo por pequeño que sea el granito construye una nueva realidad.

Alé! ¡Qué a gusto me he quedado!
Gracias a todos por estar ahí. Sentiros en vuestra casa para decir lo que queráis, yo os dejo un saludo y una sonrisa.