viernes, 22 de enero de 2010
JAMONES CON FÉ DE VIDA LABORAL.
Ayer me llego por correo una carta donde se me informaban de mi fé de vida laboral.
La vida laboral es de las pocas cosas que tienen fé, aunque en los tiempos que corren creo que hasta eso lo está perdiendo, la fé.
El otro día publicaba Pilar Jericó un articulo que me gustó mucho en su blog “El ABC para pensar mejor”.
Recordé perfectamente mi etapa dentro del club con más socios del mundo, el club de los despedidos.
Sólo me han despedido una vez en toda mi vida laboral.
Fue un despido disciplinario por “pasar información confidencial a la competencia”.
¡¡LO FLIPÉ !!
En el año 2000 nació mi primera hija, Ainhoa.
Tenía fecha de parto para el 31 de agosto, pero ella estaba en la gloria dentro de mi barriga y se retrasó bastante hasta que una cesárea la trajo al mundo.
Darle de mamar ha sido una de las experiencias mas bonitas que he tenido en mi vida.
La navidad para los jamoneros comienza en octubre con la campaña de salazón, la planificación de las compras, la preparación de pedidos, el "corre que te pillo" continúo.
Yo por entonces con la ingenuidad del amor propio pensé que era imprescindible que me reincorporará al trabajo antes de agotar la baja por maternidad, nada podría ir bien sin mi.
Pero no, todo podía funcionar bien sin mi, es más, consideraron que funcionaria mucho mejor sin mi y me despidieron.
Casí me muero de dolor cuando leí la carta de despido. Me moría de vergüenza sólo de pensar que alguien pudiera creer que yo era capaz de pasar información confidencial a la competencia.
No lo acepté y para “ellos” todo terminó con una indemnización cuantiosa en el CEMAC dónde nadie me dio una explicación aunque si un buen puñado de billetes. Todo resuelto.
He tardado bastante tiempo en ver aquello como algo positivo en mi vida, de hecho, creo que fue de lo mejor que me ha pasado. Estuve un año en "paro", cambie de lugar de residencia, pude amamantar a mi hija y sacarme algunas asignaturas pendientes en la Facultad de Ciencias del Trabajo, y de nuevo alguien volvió a confiar en mi cuando le conté mi historia.
Después de algunos años he vuelto a ser madre.
Es tremendamente difícil ser madre, ser mujer rural y ser emprendedora, pero procuro plantearme un mapa mental que me permita avanzar y observar la vida con perspectiva.
Me gusta mirar a mis hijos con cierta distancia.
Me gusta pensar que nadie me volverá a despedir.
Me gusta beber un vasito de vino y comer jamón. ¿Te apuntas? Te lo regalo ;-)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La igualdad en el trabajo y la conciliación de la vida familiar con la profesional es una batalla que sólo han ganado votos en elecciones pero en los pueblos sigue habiendo un machismo imperante contra el que debemos seguir luchando.
ResponderEliminarEn mi último empleo yo me encontraba en situación de cesión ilegal de trabajadores (una empresa paga las nóminas pero otra organiza y manda en el trabajo, lo cual es como actuar como una ETT pero sin serlo). Pues en medio de esta situación uno de la empresa mandante aprovechó la situación de descontrol para adueñarse de un camión entero de mercancía, que le tocó pagar a mi jefe ya que él era responsable a la hora de pagar pero mandado a la hora mandar. Como era mi obligación desde mi puesto se lo comuniqué a mi jefe, y mi jefe como correspondía se lo dijo al jefe del ladrón.
ResponderEliminarPero resultó ser que el jefe del ladrón también debía de andar en el ajo porque ¿qué medida tomó? Decir a mi jefe que me despidiese, y como premio un par de meses después ascender al ladrón.
A la puta calle. Desde entonces no he vuelto a trabajar más para nadie, y no tengo ninguna intención de volver a hacerlo. El día que todo esto se derrumbe, que no cuenten conmigo para levantarlo.